La oleosidad de la piel es causada por la eliminación de cantidades mínimas, pero las constantes grasas en la epidermis que se forman en las glándulas sebáceas y que van a formar, junto con el sudor, una película que recubre y protege la piel, pero cuando nuestras glándulas sebáceas producen más sebo de lo necesario, la piel se vuelve muy grasosa, que se presenta como una piel radiante pero bien dilatada, los poros que aparecen en las regiones centrales de la cara como las mejillas, la barbilla y nariz tienden a aumentar la producción de espinillas y acnés, dejando la piel muy débil y sucia.